“Rocanroles. El Estallido de los ‘80 en Mendoza”: el libro que retrata la diversidad de bandas y estilos rockeros postdictadura en la provincia.

Indie Andes Rock  entrevistó al Comunicador Social Néstor Sampirisi, autor del libro que documenta los vertiginosos momentos vividos por las bandas mendocinas en el período posterior a la dictadura militar en Argentina. En el texto se analiza cómo el clima social influyó de manera dispar en el desarrollo del movimiento musical local.

Foto: José Gutierrez / Los Andes

El autor del libro, en conservación con Indie Andes Rock (IAR) narra cómo se presentaba la contracultura en el periodo que va de 1984 a 1994 en la provincia de Mendoza. Expresa como las radios y lugares pequeños, como “Pequis” y “la Bóveda”, fueron los propulsores de bandas emergentes, como “Alcohol etílico”, “Perfectos idiotas”, “Kinder Videla Mengele” y muchas más que quedaron en el recuerdo de sus públicos. 

En el año 2023, Néstor Sampirisi publica su libro “Rocanroles. El estallido de los´80 en Mendoza” (Ediciones Culturales Mendoza). Luego de una exhaustiva búsqueda de información, redacta la obra que narra el período de 1984 a 1994,  y presenta a través de archivos, anécdotas, entrevistas, canciones y discos como fueron esos años tan efervescentes de la música mendocina. 

Sampirisi comienza la nota narrando cómo la transición democrática fue clave para esos años, ya que en sus palabras se produce un “estallido cultural en Mendoza”. Según el medio de prensa del Gobierno de Mendoza en conversación con el autor, esto implicó una onda expansiva que alcanzó a las artes visuales, al diseño, teatro, literatura y los medios de comunicación. Surgen nuevos artistas y reaparecen otros, que habían estado fuera del país o que habían sido exiliados durante la dictadura. También, en esos años sucedieron las explosiones de las radios FM como “Radio Nacional” o Radio Nihuil”, y las radios “piratas”que eran de baja potencia. En simples palabras, este “estallido” ayudó a la repercusión de las nacientes bandas. 

El autor del libro relata que la contracultura de esos años, se motorizaba en espacios como “La bóveda” o “Pequis” ubicada en la plazoleta barraquero. “Pequis” era una sanguchería, que tenía mesones y bancos largos y los artistas venían a tocar, incluso se hacían algunos recitales. Era un lugar donde la gente del palo del rock se juntaba, ya que era un espacio donde “se respiraba libertad, diversidad sexual y nadie se metía con nadie”. Por otro lado, “La bóveda” tuvo su auge a fines de los 80, principios de los 90 y tenía un lugar específico para tocar en el sótano del subsuelo. Estos espacios eran los más reconocidos, pero Sampirisi relata otros más ubicados en Chacras o San José Guaymallén. 

Con respecto a las diferentes bandas que existían en esa época, Néstor las divide en bandas más del estilo mainstream o under. El autor comenta a Indie Andes Rock  (IAR) que “ recuerda que en los ´80,  “Los enanitos verdes” comenzaron con un estilo hard rock, similar al estilo progresivo de la banda canadiense “Rush”. Pero como no eran tan reconocidos en la provincia, se instalan en Buenos Aires y a partir de ahí su estilo cambia a un new wave (conocido como la transición del punk rock y otras formas de rock alternativo) y al pop volviéndose una banda mainstream”. Nestor sigue relatando, ”este nuevo estilo sorprendió y defraudó mucho al gueto (grupo reducido de personas en un ambiente compuesto por los mismos). Debido a eso, empezaron a escuchar a bandas como “Alcohol etílico” y “Perfectos idiotas”. En palabras de Sampirisi, “estas eran bandas más tranquilas, ya que ofrecían muy buenos shows, sus canciones eran frescas y llamativas y así, se ganaron el cariño de la gente y fueron bandas muy recordadas”. 

También existían por esos años bandas under como “Kinder Videla Mengele” que era más “extrema”. Lo que hacían no lo hacía nadie, era un hard  más emparentado con la música de bandas como “Poison”. Sus canciones tienen mensajes rudos, claros, con una posición ideológica muy marcada, anti consumo y anarquista. Su música era para el gueto, ya que no era fácil entrar en ese mundo, sus recitales eran muy violentos. Incluso en la actualidad se sigue hablando de cómo los integrantes escupían al público y tenían actos muy cuestionables. 

En diálogo con Indie Andes Rock (IAR) le consultamos a Néstor Sampirisi sobre el rol que tienen los festivales para ayudar a la promoción y consolidación de las bandas emergentes en la actualidad. Nestor nos respondió:

-“Los festivales, desde hace varias décadas, han sido parte importante para la difusión del rock. Sobre todo porque estaban organizados por alguien que generaba una infraestructura para tocar, cosa que a las bandas, por sí solas, difícilmente les era posible, ya que era muy difícil equiparse. Un festival que, por ahí, lo organizaba la municipalidad con un buen escenario y una buena acústica, le permitía a las bandas sonar de una manera mucho más decente que cuando armaban las cosas por su cuenta, con sonidos de menor calidad.

Eventos como el Mendorock, con sus comienzos en los ‘90, han sido y siguen siendo, una oportunidad muy piola para conocer un montón de bandas que quizás, de otro modo, se te pasan de largo.”

Retomando lo relatado por Sampirisi sobre la facilitación que brindaron las radios FM para dar a conocer a las bandas, le preguntamos en Indie Andes Rock (IAR) qué relación encuentra con las redes sociales y el streaming en la actualidad. El autor comentó lo siguiente:

-“Yo soy analógico, así que me es muy difícil consumir el rastro de alguna manera más o menos orgánica. Lo que está bueno es que hay plataformas, como Spotify, que dan una posibilidad de acceder a un montón de música que antes, si no te la comprabas en la disquería o en vinilo, no tenías forma de acceder. El acceso en la actualidad es mucho más rápido, fluido y hay una posibilidad de difusión muy grande.”

Nestor sigue comentando, -”Pero, a la vez, considero que hay un consumo muy segmentado: vos llegás a los lugares donde llega tu burbuja de influencia. Tenés burbujas de acceso a distintas posibilidades. Muchas veces llegás a tu zona de confort, te llevan ahí, y capaz no conocés otros artistas que están fuera de tu radar. Diferente a las radios de mi época, que te ponían música diversa y de distintos palos.”